Un día como hoy hace 14 años recibía unas flores que cambiaban el rumbo de mi vida.

Un día como hoy hace 4 años atrás me embarazaba de un par de gemelos hermosos que se convirtieron en mis mejores maestros.

Un día como hoy hace 1 año, escribía diferencias entre brete emocional, enfatuation, crush, estado de enamoramiento y amor.

Hoy, otro 14 de Febrero, quiero escribir sobre “esas” energías. Esas que nos toman por sorpresa. Esas que sentimos de repente. De la nada. Que nacen por debajo de nuestras entrañas. A esas a las que le tememos por intensas.

Y me pregunto ¿Brete emocional? ¿Enfatuation? ¿Crush?¿Estado de enamoramiento?¿Amor?

Y me respondo ¿Es necesario etiquetar? ¿Es necesario ponerle nombre? Uno se vuelve tan crítico de si mismo, de lo que siente, del que dirán, del es muy pronto para sentir así de intenso, de tendré o no tendré correspondencia… que en vez de solamente vivir lo que le está pasando, te terminás enroscando en cuestionamientos metidos por la mente. Miedos…. Y pienso ¡Que innecesario!

Hay que tener los ovarios de permitirse sentir y ver más allá de todo, del matrix, de los estándares sociales, del sistema de creencias, hasta de uno mismo. Con cautela, si. Con responsabilidad, si. Pero sobre todo con apertura, con libertad. No hablo sólo del amor, hablo de todo… de ir más allá…

¡Que se yo!… escribo esto desde un vuelo de 8:20hs horas entre México y Argentina. Tengo tiempo para pensar. Para procesar para analizar desde algún rincón objetivo.

Cuando chica nunca compré los cuentos de hadas, ni los de príncipes. Pero más allá de las princesas o príncipes, azules o desteñidos… hoy a mitad de camino de esta vida maravillosa que me tocó vivir, sólo puedo estar agradecida con todas las experiencias que tuve y que me llevaron a ser quien soy. Agradecida por haberme animado aunque haya salido más magullada que otra cosa. Agradecida por abrirme sin miedos a ver que me pasaba. Con esta seguridad por un lado, y con toda esta inseguridad por otro. Con todo este amor para dar y este egoísmo a la vez.

A veces, desde hace un par de años para acá, quisiera hablar con Gastón, mi amigo al que el cáncer le arrebató la vida a sus 35, le preguntaría como vería la vida y los temas de amor, desamor, cupidos con flechas rotas… ¿Qué tendría él para decirme si volviera? ¿Cuál sería su consejo elevado?¿Viviría él su vida igual que antes?¿Se animaría más? A veces hablo con él en una que otra meditación…y es él quien me dice ¡vas Loshe!

No sé y se sé.

Y te pregunto a vos que lees esto… ¿Sabes lo que quieres? ¿Te lo preguntaste?¿Te animarás a escuchar tu voz interna?¿Te da miedo? Pues déjame decirte… es síntoma de que estas vivo.

Estoy pensativa hoy. Desbordada quizás. Pensando que todo es posible. Que no hay límites. Que el amor es más grande y que vale la pena. Que todo vale la pena, pero sobre todo que todo vale la alegría. ¡Ojo! Aquí no hablo de responsabilidades, de ser irresponsables. Aquí solo hablo de hacerle frente a lo que uno siente, de hacerse cargo, de animarse, de investigarlo, de descubrirlo.

Y cierro con unas palabras que me escribieron este 14 de Febrero: no tenemos 30, ni tendremos 40 por siempre. Ojalá que no y ojalá que si. Creí que nos pertenecíamos hasta que entendí que no soy de nadie y nadie es mío. Amo tu esencia. Fuimos totales hasta que nos completamos tanto que hubo que derramarse.

Derramarse ¿Quizás la vida se trate de eso? ¿De darse? ¿De desbordarse?

Y vuelvo a la pregunta inicial… ¿Qué hacer cuando esas energías mueve tripas nos toman por sorpresa?

Un día como hoy, donde todo está lleno de cursis corazones y cupidos con flechas que quien sabe a donde apunten, creo que nada es estático, que somos energía en movimiento y lo más sensato con uno mismo es permitirse averiguar que es lo que pasa. Sin sacar conclusiones anticipadas. Simplemente fluir. Las energías tarde o temprano se acomodan. Lo más sensato es ser fiel. No al otro. Sino fiel a tu voz interna. Fiel a uno mismo.

Loshe Devouassoux
@SoyLoshe